domingo, 21 de agosto de 2011


Cuándo nos acostumbramos tanto a lo fácil, a lo simple, a lo sencillo... Todo lo demás nos es demasiado.
Cuándo llega la hora, de enfrentarse a algo complicado, a algo que, se tenga que analizar, que estudiar, que ver, que sentir, que buscar. Simplemente sentimos que no es para nosotros... que eso no es necesario.
Muchos dicen que les es suficiente con las cosas simples, es por eso, que cuándo las cosas se ponen algo difíciles y se complican, corren de aquello. El haberse acostumbrado a la simplicidad de las cosas les hace ver que cuándo las cosas no tiene nada de simple, corran, huyan, teman. Sin embargo, aquellos que desean más, no por estar insatisfechos, sino porque... Saben que pueden más, también temen, a veces huyen... pero se atreven a mirar, a buscar, a estudiar la manera de conseguirlo.


Temo, es ahora cuándo temo, no por que me de miedo lo complicado de algunas cosas, sino porque no se atrevan a buscar conmigo. Sino porque... me dejen sola.

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